¡Cuántas veces hemos ido a comer gastronomía china y no sabemos qué vino pedir! Maridar este tipo de cocina es posible, tanto con cava y espumoso, vino blanco y vino tinto.
Los vinos espumosos, en líneas generales, son los que van mejor para acompañar este tipo de cocina. Contrastan el sabor de la soja, de las empanadillas y del arroz, como no, en todas sus vertientes. Con los arroces también podemos incorporar los vinos tintos semisecos y la variedad merlot.
Los blancos también van bien para refrescar el paladar junto a platos con alguna fritura, salsas, y fideos o algas. Con los pescados, está claro, igual que con las verduras y legumbres, que suelen representar a esta cocina.
Dentro de las variedades en vinos blancos para deleitarse con la cocina china, encontramos el Sauvignon Blanc y el Chardonnay, además de otras variedades blancas autóctonas españolas, que suelen ser similares a las uvas nombradas.
Cuando se trata de tomar carnes, como puede ser el pato laqueado, el pollo o la ternera, que siempre van con especias, el vino tinto, si es joven, es perfecto. En este caso, triunfan los vinos más conocidos de Rioja y Ribera del Duero. Los patos laqueados pueden tomarse con uvas como Monastrell o Bobal, Cabernet Sauvignon, y Syrah, entre muchas otras.
Cuando la comida es algo picante, que normalmente suele serlo según el plato y la cantidad de salsa que pidamos o nos pongamos, las variedades Gewürztraminer y Sauvignon blanc también son recomendables. Además, probar vinos chinos es también otra manera de adentrarse en la cultura oriental, porque no hay muchos, pero sí hay distintos en restaurantes chinos con algo de nivel, y en tiendas de vino online y supermercados. Algunas costumbres orientales establecen beber vino caliente, de muy bajo grado alcohólico, hecho que multiplica sus cualidades organolépticas.