Rioja es una región privilegiada para el cultivo de la vid y elaboración de vinos de alta calidad con personalidad única y gran aptitud para la crianza.
La zona de producción de la Denominación de Origen Calificada Rioja está situada en el Norte de España, a ambos márgenes del río Ebro. Los accidentes geográficos han contribuido a conformar una región natural perfectamente delimitada y diferenciada de las que le rodean. Las 63.593 hectáreas de viñedo protegidas actualmente por la Denominación se distribuyen a lo largo de tres zonas ribereñas del curso alto del Ebro.

Las tres Riojas
El vino de Rioja es el más vendido en España, el más reconocido en el extranjero, el que más se comenta, pero sin embargo, a veces no nos damos cuenta que hablar de Rioja, así en general, es una simplificación que desmerece a los vinos.
Porque cuando hablamos de Rioja estamos mezclando las 3 zonas que constituyen la D.O. Ca., y que no tienen tanto en común entre ellas como puedas pensar.
- Rioja Alavesa: dieciocho municipios producen vino en Álava bajo está denominación, donde las características son el clima atlántico y los suelos arcillo-calcáreos. Los vinos que se producen tienen una acidez equilibrada, y se considera una zona muy propicia para los tintos más tradicionales, y también para los blancos más complejos.
- Rioja Alta: también con predominio de clima atlántico, pero el tipo de suelo es el más variado, del tipo arcillo-calcáreos, aluviales y arcillo-ferrosos. Es una zona en la que los vinos desarrollan una acidez equilibrada y son aptos para la larga crianza en barrica. Reservas y Grandes Reservas de conocido prestigio se elaboran en Rioja Alta.
- Rioja Oriental: una zona de clima mediterráneo y suelos mayoritariamente aluviales, donde los vinos son menos ácidos y con más graduación alcohólica, más densos, con más cuerpo. Así que es una zona ideal para crear vinos rosados con mucho sabor y tintos carnosos, más potentes y menos ácidos que los del resto de la Denominación.

Tipos de uva y características
El clima de Rioja da lugar a vinos de uva madura, una gran mayoría tintos y realizados con la variedad Tempranillo (protagonista en toda Rioja), con también una más que interesante presencia de la uva Garnacha. Entre las dos agrupan aproximadamente el 90% de la producción total. Son, por tanto, más fuertes, carnosos con un sabor potente y menos ácidos que el resto de DO. Nos saben a frutas del bosque y suelen tener más graduación alcohólica. Destaca por su variedad de aromas con vinos de crianza, que reposan en la barrica durante algunos años y gran reserva que todavía necesitan más tiempo para acabar de elaborarse.
También vino blanco
Tradicionalmente, los vinos de Rioja han sido tintos, con distintos matices, sabores especiales y mezclas potentes en el paladar. Son perfectos para carnes y otros alimentos relacionados con la caza. Pero, desde hace algunos años el vino blanco de Rioja está ganando un fuerte protagonismo. ¡Y no creas que es una novedad! La tradición en vinos blancos de esta zona es un hecho demostrado desde el siglo XVII.
Ahora Rioja está potenciando estos vinos, porque más allá de los consolidados tintos, hay un mundo de blancos por descubrir. Los vinos blancos riojanos se caracterizan por su complejidad y variedad, y son perfectos para maridar con muchos alimentos, tanto en verano como en otras épocas del año.

Rioja, tierra de vinos
En pocas zonas se respira tan evidentemente el ambiente vitivinícola como en Rioja, todos los pueblos, todos los bares, los caminos y las gentes te hablan de vino… Y lo hacen con una palabra común, «El Rioja», que ha conseguido traspasar todas las fronteras y convertirse en una marca, en un estilo y en un concepto de vino de calidad en si mismo.
Es lo máximo a lo que puede aspirar un producto, a ser reconocido, identificado y relacionado con un territorio amplio pasando a ser más importante incluso que la mayoría de las más de 1000 marcas que embotellan bajo su amparo.