El primer vino interesante que probé me lo ofreció mi padre… después de experimentar con algunos «tetra-brick» mezclados con los más diversos refrescos por fin tenía ante mi un vino de verdad, en una buena copa, con un color adecuado, aromas de fruta y madera que él me enseñó a descubrir y un tacto sedoso que hacía permanecer su sabor durante largo tiempo aun después de haberlo tragado.
Esta primera experiencia, y las que han venido después, me han hecho amar el vino y sus matices, los paisajes donde se cultivan viñedos y las gentes que los trabajan.
Por eso creo que ha llegado el momento de agradecer a «Papá» sus sabios consejos, su ayuda y su empujoncito al mundo del vino. Ha llegado el momento de hacerle un buen regalo, vinos que merezcan la pena ser disfrutados por tu progenitor y… esperar que quiera compartirlo con sus hijos.
Vinos propuestos:
Terras Gauda Etiqueta Negra 2009
En primer lugar un «Albariño» complejo, mineral y persistente, toda una experiencia para profundizar en el vino blanco de Galicia.
Mauro 2009
Un mito de la «milla de Oro» de Valladolid, desde su casona de piedra del centro de Tudela de Duero, uno se los vinos más redondos y sedosos que puedas encontrar.
Pintia 2007
La potencia y perfume de este vino de Toro son impresionantes, un vino largo y profundo para una buena sobremesa en familia.
Gloria de Ostatu 2004
La suavidad y la persistencia de un auténtico «Rioja de Autor». Uno de los mejores representantes de su categoría.
Arzuaga Reserva 2005
… Y de Ribera del Duero, uno de los pioneros, maduro y tostado, un vinazo.
Elige y regálaselos, él se lo merece.